Akatsuki mercenarios manga

febrero 12, 2015

El Acosador




Isabel se veía nerviosa e intranquila, recordaba el encuentro con un extraño joven en la plaza, un total desconocido que se declaró admirador suyo y prometió ir a visitarla a casa en cualquier momento, pues ya sabía dónde vivía. Estaba en verdad asustada, no sabía si aquello fue tan solo una broma o en verdad se enfrentaba a un acosador. El mas mínimo ruido, le causaba un estado de estrés extremo, se comía las uñas, se jalaba el cabello, tiraba golpes al aire intentando defenderse hasta de su propia sombra.

No quiso meterse a la cama sin revisar antes cada rincón que sirviera de escondite para un muchacho de complexión robusta. Cuando finalmente pudo cerrar los ojos, en sus sueños vio que el extraño la despellejaba, para llevarse su piel, colgarla en el closet y de ahí poder tomarla cada vez que quisiera su compañía. Despertaba entonces desesperada, llena de miedo, revisando nuevamente las cerraduras.
Esa fue una noche larga, lo suficientemente agitada para provocarle unas oscuras ojeras, que se unieron con las de la noche siguiente y la siguiente. Hasta que al paso de los días decidió no temer más, se dio un baño relajante, tomó un par de copas de vino, y se olvidó de todo.

Minutos más tarde, llamaron a su puerta, el efecto de la bebida la volvió descuidada, enfundada nada más en su bata y sin la mínima preocupación, abrió la puerta; ahí estaba el chico de la plaza, viéndola fijamente de forma extraña…...

la borrachera abandonó su cuerpo, y al mismo tiempo lo hizo su alma, cayó muerta al suelo a causa de un infarto, no pudo soportar la idea de ser víctima de aquel acosador, que rápidamente la tomó entre sus brazos, pero no para llevársela o asesinarla como ella lo venía imaginando.

Él solo quería disculparse, por haberla importunado aquel día, explicarle que la había confundido con su hermana gemela, de quien estaba enamorado, y la cual venía tan solo unos pasos atrás, para presentarle a su nuevo novio.




Comparte y te llevaran los aliens!!




Fuente:
Newborn
Cuentos de terror
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Isabel se veía nerviosa e intranquila, recordaba el encuentro con un extraño joven en la plaza, un total desconocido que se declaró admirador suyo y prometió ir a visitarla a casa en cualquier momento, pues ya sabía dónde vivía. Estaba en verdad asustada, no sabía si aquello fue tan solo una broma o en verdad se enfrentaba a un acosador. El mas mínimo ruido, le causaba un estado de estrés extremo, se comía las uñas, se jalaba el cabello, tiraba golpes al aire intentando defenderse hasta de su propia sombra.

No quiso meterse a la cama sin revisar antes cada rincón que sirviera de escondite para un muchacho de complexión robusta. Cuando finalmente pudo cerrar los ojos, en sus sueños vio que el extraño la despellejaba, para llevarse su piel, colgarla en el closet y de ahí poder tomarla cada vez que quisiera su compañía. Despertaba entonces desesperada, llena de miedo, revisando nuevamente las cerraduras.
Esa fue una noche larga, lo suficientemente agitada para provocarle unas oscuras ojeras, que se unieron con las de la noche siguiente y la siguiente. Hasta que al paso de los días decidió no temer más, se dio un baño relajante, tomó un par de copas de vino, y se olvidó de todo.

Minutos más tarde, llamaron a su puerta, el efecto de la bebida la volvió descuidada, enfundada nada más en su bata y sin la mínima preocupación, abrió la puerta; ahí estaba el chico de la plaza, viéndola fijamente de forma extraña…...

la borrachera abandonó su cuerpo, y al mismo tiempo lo hizo su alma, cayó muerta al suelo a causa de un infarto, no pudo soportar la idea de ser víctima de aquel acosador, que rápidamente la tomó entre sus brazos, pero no para llevársela o asesinarla como ella lo venía imaginando.

Él solo quería disculparse, por haberla importunado aquel día, explicarle que la había confundido con su hermana gemela, de quien estaba enamorado, y la cual venía tan solo unos pasos atrás, para presentarle a su nuevo novio.




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Fuente:
Newborn
Cuentos de terror

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